miércoles, 31 de octubre de 2012

charcos


Segundo día corriendo por tierra. Las rodillas sufren menos, si. Pero cuesta. Bastante más. Entre el esfuerzo de ir esquivando de un lado para otro, el barro que se pega a tus zapatillas y la sensación de que te vas a caer, con algún susto incluido, se hace complicado seguir el ritmo. Luego cuesta más y se hace complicado.
Por otro lado es más entretenido. Es diferente. Es más duro. Es más divertido, a ratos. Y sobretodo, al incrementar el esfuerzo cuando vuelves al asfalto notas la mejoría y vuelas.
Muy recomendable.

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